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Hoy día el tema del bullying está a la orden del día, cada vez vemos más casos en la consulta que llegan derivados tanto por haber sufrido bullying como por haber sido participe de conductas que atentaban contra la integridad de otros chicos/as.
Es una causa que no solo está provocando mucha angustia al que lo sufre sino también a su entorno familiar y al contexto general, ya que los colegios, aunque están cada vez más sensibilizados con esta problemática, a veces tanto unos como otros no saben muy bien cómo actuar. En este caso sobre todo las familias, puesto que los colegios desde hace un tiempo a esta parte ya tienen protocolos anti bullying.
CÓMO IDENTIFICAR DESDE CASA QUE PUEDE ESTAR PASANDO ALGO.
El bullying puede ser difícil de identificar, ya que muchos niños y adolescentes no hablan abiertamente de lo que les está ocurriendo. Sin embargo, hay varios síntomas y señales de alerta que pueden indicar que un niño está sufriendo acoso escolar:
1. Cambios en el comportamiento
Retraimiento social: El niño puede empezar a evitar actividades sociales, pasar más tiempo solo, o preferir quedarse en casa en lugar de interactuar con otros.
Aislamiento: Puede distanciarse de amigos y familiares, mostrando poco interés en participar en conversaciones o actividades familiares.
Irritabilidad o cambios bruscos de humor: Un niño que normalmente es tranquilo puede volverse irritable, impaciente o tener estallidos emocionales sin razón aparente.
2. Problemas emocionales
Baja autoestima: Comienza a mostrar señales de falta de confianza en sí mismo, se siente inferior a los demás, o expresa autocríticas frecuentes.
Ansiedad y estrés: Puede manifestarse como nerviosismo constante, inquietud o preocupaciones excesivas.
Depresión o tristeza: Un niño víctima de bullying puede parecer constantemente triste, desanimado o incluso deprimido. Pueden llorar sin motivo aparente o mostrarse apáticos.
3. Problemas físicos
Dolores físicos inexplicables: Los niños que sufren bullying pueden quejarse frecuentemente de dolores de cabeza, estómago u otros malestares sin causas médicas claras. Esto puede ser una manifestación del estrés o ansiedad que están experimentando.
Heridas o marcas inexplicables: Si el niño regresa a casa con moretones, rasguños, cortes u otros signos de agresión física y no puede (o no quiere) explicar cómo ocurrieron, puede ser un indicio de bullying.
Cambios en los hábitos de alimentación o sueño: Pueden dejar de comer o comenzar a comer compulsivamente. También pueden tener insomnio, pesadillas o dormir en exceso.
4. Rendimiento escolar disminuido
Desinterés en el colegio: El niño puede empezar a quejarse de ir a la escuela, hacer comentarios negativos sobre sus compañeros o maestros, o buscar excusas para no asistir (dolores de cabeza, enfermedades fingidas).
Bajo rendimiento académico: Un descenso repentino en las calificaciones, dificultad para concentrarse o completar tareas pueden ser signos de que algo está afectando emocionalmente al niño.
Faltas frecuentes: Puede empezar a faltar a clases, fingir enfermedades o incluso llegar tarde para evitar interactuar con compañeros que le acosen.
5. Cambios en las relaciones con compañeros
Pérdida de amistades: Si de repente el niño se queda sin amigos, deja de hablar sobre personas con las que solía pasar tiempo, o sus compañeros empiezan a excluirlo, esto puede ser una señal de acoso social.
Evitación de ciertas personas o lugares: El niño puede empezar a evitar a ciertos compañeros o incluso actividades como el recreo, las excursiones o las clases grupales.
6. Comportamientos autodestructivos
Autolesiones: Algunos niños víctimas de bullying pueden recurrir a autolesiones como una forma de lidiar con el dolor emocional.
Pensamientos o comentarios suicidas: En casos más graves, un niño que sufre acoso puede verbalizar deseos de hacerse daño o incluso hablar de suicidio. Cualquier indicio de esto debe tomarse muy en serio y se debe buscar ayuda profesional de inmediato.
7. Cambios en el uso de dispositivos electrónicos
Resistencia a usar dispositivos: Si un niño, que antes disfrutaba de usar su teléfono móvil o la computadora, empieza a evitar el uso de estos dispositivos, puede ser una señal de que está sufriendo ciberacoso.
Reacciones negativas al uso de redes sociales: Puede mostrar ansiedad, tristeza o irritación después de interactuar en redes sociales o recibir mensajes, y posiblemente se muestre más reservado respecto a lo que ocurre en línea.
8. Miedo o rechazo a hablar sobre lo que sucede
Evasión: Si el niño se muestra reacio a hablar sobre lo que le sucede en el colegio, o cambia de tema cuando se le pregunta cómo le ha ido el día, puede estar ocultando algo.
Mentiras o respuestas evasivas: Para evitar que sus padres descubran lo que les está ocurriendo, algunos niños pueden inventar excusas o mentir sobre sus actividades en la escuela o sus interacciones con compañeros.
9. Pérdida de pertenencias
Pérdida frecuente de objetos personales: Si el niño pierde constantemente sus cosas (ropa, mochilas, libros, dispositivos electrónicos) o si vuelven a casa dañados, puede ser un signo de que está siendo víctima de agresiones físicas o robos.

QUÉ PODEMOS HACER SI IDENTIFICAMOS QUE NUESTRO HIJO/A ESTÁ SUFRIENDO BULLYING EN EL COLEGIO.
El bullying es una realidad dolorosa para muchos niños y puede tener consecuencias emocionales y psicológicas graves si no se aborda a tiempo. Si se sospecha o confirma que tu hijo/a está siendo víctima de acoso escolar, es importante seguir una serie de pasos para asegurar su bienestar y resolver la situación de manera efectiva.
1. Escuchar y validar sus emociones.
El primer paso es escuchar a tu hijo/a con atención y empatía. Asegúrate de que se sienta comprendido y apoyado. Evita minimizar la situación o culparlo por lo que está ocurriendo. Reconocer su dolor es fundamental para que se sienta seguro y confiado para compartir más.
2. Recopilar información.
Pregúntale a tu hijo sobre lo que está ocurriendo. Intenta obtener detalles sobre el tipo de acoso, quiénes están involucrados y con qué frecuencia sucede. Es útil llevar un registro de los incidentes, ya que esto te ayudará en futuras conversaciones con la escuela.
3. Comunicarte con la escuela.
Una vez que tengas una comprensión clara de la situación, es importante informar al colegio. Habla con el tutor o el director, presentando los detalles y las pruebas disponibles. Solicita una reunión para tratar el caso y asegúrate de que se tomen medidas concretas para proteger a tu hijo. Los colegios están obligados a abordar estas situaciones y deben actuar conforme a sus protocolos anti-bullying, pero siempre es importante hacer un trabajo conjunto.
4. Proteger la autoestima del niño.
El bullying puede afectar gravemente la autoestima de los niños/as. Asegúrate de reforzar su confianza en casa, recordándole sus cualidades y lo valioso/a que es. Fomenta actividades en las que se sienta seguro y capaz, y mantén un entorno donde pueda expresar sus emociones libremente.
5. Buscar ayuda profesional.
Si el acoso ha tenido un impacto significativo en la salud emocional o mental de tu hijo, es recomendable buscar la ayuda de un psicólogo especializado. El apoyo terapéutico puede ayudarlo a manejar el estrés, la ansiedad o la depresión que pueden surgir a raíz del bullying.
6. Fomentar el diálogo con el acosador (si es seguro).
En algunos casos, la mediación o el diálogo entre la víctima y el acosador, facilitado por un adulto, puede ser una herramienta eficaz para resolver conflictos. Sin embargo, esto solo debe hacerse si ambas partes están dispuestas y en un entorno seguro, supervisado por un profesional.
7. Mantener un seguimiento constante.
Es importante seguir vigilando la situación y mantener la comunicación abierta con la escuela y con tu hijo. Pregunta regularmente cómo se siente y asegúrate de que la situación ha mejorado.
El bullying es una problemática seria, pero con intervención temprana y una red de apoyo sólida, es posible detenerlo y proteger el bienestar emocional y físico del niño.